- Terapeuta (yo): Di, ¿en qué crees que te puedo ayudar?
- H .: Me dieron una mala noticia y no la encajo … Hace dos semanas me hicieron unas pruebas … Bueno, que me han detectado un tumor maligno y me operaré dentro de poco.
Asumir una mala noticia
Nunca estamos preparados para una mala noticia. Algunas veces incluso tenemos tiempo para hacernos a la idea (como una larga enfermedad que sabemos que pondrá fin a la vida de un ser querido), pero cuando llega siempre supone un golpe que genera impacto. Además, muchas veces se trata de sucesos que están fuera de nuestro alcance, sobre los que no tenemos control.
En momentos como estos, tendemos a sentirnos impotentes, vulnerables y a menudo tenemos la sensación de que nos faltan recursos para hacer frente a un hecho tan pesado.
Nos sentimos perdidos, no sabemos qué hacer con lo ni cuál es la próxima pasa que supuestamente deberíamos dar.
Mecanismos de defensas
Nuestro cerebro actúa muchas veces de forma automática, y provoca trampas con el fin de amortiguar el golpe.
La más común es la evitación. Las personas que utilizan este mecanismo o bien no hablan del tema con nadie, como si esto no existiera, o bien saca demasiada importancia al tema: «Bah, eso no es nada. Me lo sacarán y aquí no habrá pasado nada. » Menos mal, esto no es lo que le pasó a H., Si no probablemente no habría llegado a acudir a consulta».
Lo que también puede pasar es adoptar actitudes típicas de la infancia, como reacción ante el sentimiento de vulnerabilidad: la dependencia. Buscamos irracionalmente protección en el otro debido al afán de seguridad ante un mundo que de pronto codificamos como peligroso.
Otras veces, tendemos a reforzarnos en lo que se llama pensamiento mágico, es decir, sacamos conclusiones siguiendo un razonamiento que carece de causa-efecto. Esto es lo que ocurre con las supersticiones, por ejemplo. «Antes de salir de casa, tengo que dar 3 besos para evitar que tengas un accidente.»
¿Cómo lo podemos afrontar?
En primer lugar, tenemos que codificar lo ocurrido como real. Por ello, miramos la noticia de frente y nos preguntamos qué consecuencias tiene y cómo nos afectará esto.
Lo que recomiendo a mis pacientes es que hablen con sus personas de confianza. Cuando lo contamos, aceptamos con mucha más facilidad la situación, nos la creemos más y la tomamos como real. Compartirlo nos ayuda también a identificar las emociones generadas y vivirlas, ya que es necesario avanzar en la adaptación de la nueva situación. Ya sabemos a través de artículos publicados anteriormente que reprimir las emociones aumenta la ansiedad y por ello es necesario expresarlas sanamente.
Recuerda: tu vida no se detiene aquí. Ha habido un cambio, probablemente sustancial, pero tu vida sigue. Sigues teniendo familia, sigues yendo a trabajar, sigues teniendo hobbies, sigues siendo tú.
Adaptarnos significa seguir nuestra vida, a pesar de que tengamos que instaurar una serie de cambios.
No intentes ser un Superman. Si la situación te supera y ves que tu lucha no da resultado, puede que sea porque no estás concentrado tus fuerzas hacia lo que te beneficiará. Pide ayuda a un profesional de la psicología que te sabrá guiar hacia donde tienes que ir para encontrarte mejor.
¿Cómo está H. el día de hoy?
No fue un proceso fácil para H. Trabajamos en terapia la aceptación de los acontecimientos y al cabo de pocas semanas le operaron. Surgieron complicaciones y la recuperación fue dura. A pesar de estar ingresado, pudimos llevar a cabo la terapia por videollamada, lo que le permitió construir estrategias de afrontamiento a medida que avanzaba en su recuperación y construir herramientas de adaptación.
Al día de hoy, H. está estable en cuanto a su condición médica y se siente emocionalmente fuerte, adaptado a tal punto de haberle sacado provecho en este proceso por el que ha pasado.
Nota: Los casos transcritos a mis artículos son situaciones reales vividas en consulta, pero se abstienen de datos identificativos (incluso la inicial es ficticia) y se publican siempre con el consentimiento previo del paciente.
Mélanie Perpiñá
Psicóloga y directora sanitaria
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