Me siento mal y no tengo un porqué

G. (paciente): Es que no lo entiendo, no sé por qué estoy así.

Terapeuta (yo): Explícame, ¿cómo te sientes exactamente?

G.: Me siento sin energía, no siento ilusión por nada. Estoy haciendo mis tareas del día a día en cuerpo presente porque me gana el sentimiento de responsabilidad, pero me siento ausente del mundo, como si estuviera constantemente dentro de una nube gris.

T.: ¿Y sabes cuál es el motivo que te hace estar así?

G.: ¡Es que esto es el que más frustración me genera! Que no tengo nada que me vaya mal, no ha pasado nada últimamente que me haya afectado negativamente. Lo tengo todo para estar bien: me encanta mi trabajo, tengo amigos que me muestran estar presentes, dedico el tiempo libre a mis hobbys, tengo una pareja maravillosa. Parece cómico, pero me siento mal por el hecho de sentirme mal.

T.: ¿Tienes la sensación que tu parte racional no encaja con cómo te sientes emocionalmente?

G.: Tal cual. No me reconozco a mí misma. No soy la G. positiva y resolutiva que siempre he estado. Ahora, una pequeña cosa se me hace una montaña, y yo no soy así.

El malestar emocional

Cansancio, falta de energía, no saber disfrutar de actividades agradables, incluso taquicardia, aceleración de la respiración y/o embotamiento afectivo son típicos síntomas del malestar emocional que pueden aparecer sin que sepamos darles una explicación.

Cuando esto nos pasa, suele venir acompañado de la frustración que genera el hecho de no entender por qué nos sentimos de este modo. Buscamos, y si encontramos algún hecho sospechoso pensamos: “Pero si esto no fue para tanto”, o “Aquello no me puede haber afectado, ya lo tenía superado de antes”.

Aquí se genera un fuerte conflicto entre nuestra parte racional y la emocional: no encajan. Sentimos una cosa que no tiene explicación racional y, por lo tanto, no aceptamos estas emociones y sentimientos.

Ya que no encontramos una explicación coherente, rechazamos aquello que sentimos, provocando que nuestro estado de ánimo empeore todavía más. Especialmente aquellas personas que acostumbran a refugiarse dentro del control, esta situación provoca un gran reto, puesto que controlar lo que sentimos es misión imposible. Y, consecuentemente, la frustración coge lugar.

Encajar la parte emocional con la racional

Para sentir esta sintonía con nosotros mismos, en primer lugar, tenemos que dejar de luchar contra nuestras emociones. Aunque no sepamos muy bien qué hacen aquí, forman parte de nosotros mismos y las tenemos que aceptar como compañeros de vida, permitiéndolas estar.

Intentar reprimirlos no nos llevará a ninguna parte. Rechazarlos y cerrarlos dentro de una caja a lo más profundo de nosotros mismos solo causará un empeoramiento de nuestro estado de ánimo. Las emociones son como el agua: si no pueden salir por un lado, buscarán otras formas de filtrarse.

Encontrar una explicación es una herramienta infalible para conseguir que racional y emocional encajen. Ahora, muchas veces nos cuesta evaluar de qué manera determinadas situaciones nos afectan, y acudir a un profesional nos puede resultar aquí de gran ayuda para detectarlo.

Qué era lo que le causaba este malestar a G.?

A lo largo de la terapia, G. aprendió a aceptar sus emociones y a visualizar razón y sentimientos como un todo.

Indagando en consulta, G. descubrió que estaba pasando por un luto que pasó completamente por alto.

Meses atrás, G. había pasado por una ruptura amorosa, la cual en el momento de acudir a terapia estaba superando con éxito. Pero lo que le generó malestar no fue el luto de la relación en sí, sino la pérdida de aquella persona en su vida. La sintomatología surgió cuando G. cortó todo tipo de contacto con su ex-pareja: aquella semana, cerraron la cuenta bancaria que tenían en común, dejaron de seguirse en las redes sociales y G. realizó que había perdido del todo aquella persona.

Nota: Los casos transcritos a mis artículos son situaciones reales vividas en consulta, pero se abstienen de datos identificativos (incluso la inicial es ficticia) y se publican siempre con el consentimiento previo del paciente.

 

Mélanie Perpiñá es Psicóloga General Sanitaria y Terapeuta | Clínica Ment

Mélanie Perpiñá

Psicóloga y Directora Sanitaria

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